El arte prohibido de la atracción

Seamos brutalmente honestos por un segundo. Estás harto. Harto de ser el “chico bueno”, el confidente, el hombro sobre el que llora por el idiota que sí se la llevó a la cama. Te esfuerzas, eres respetuoso, haces todo lo que te dijeron que funcionaría y, al final, te llevas la misma frase de mierda: […]